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Transformación Agile: cultura diferente para hacer las cosas mejor

Por Natividad Vilela — 22 de junio de 2017

Las organizaciones deben adaptarse a las demandas del mercado y replantearse sus métodos de trabajo

Los tiempos han cambiado y las empresas se están dando cuenta de que su forma de trabajar necesita mejorar si quieren sobrevivir en entornos tan dinámicos como el actual.

Los mercados requieren generar productos y servicios de manera más rápida y eficaz, en función de lo que el cliente necesita, y sus preferencias cambian constantemente. La empresa debe adaptarse y ser flexible para satisfacer demandas que varían de un día para otro.

Otro elemento decisivo para la competitividad es el conocimiento como fuente de valor y riqueza. Las metodologías ágiles, al estar centradas en las personas y fomentar el aprendizaje y la mejora continua, empoderan a toda la organización.

Prueba de la eficacia de estas metodologías es que, en los últimos años, las grandes empresas ya las están incorporando a su cultura de trabajo, y las startups adoptan estos enfoques desde su nacimiento como si fueran naturales. Las prácticas ágiles han venido para quedarse.


Mejora de los sistemas productivos y una cultura nueva

Las metodologías ágiles son un marco de trabajo, basado en unos valores y principios. Dos de las más conocidas son Lean, que tiene su origen en las innovaciones que introdujo Toyota en sus sistemas de producción, y Agile, que se basa en el Manifiesto Ágil, firmado en 2001 por expertos en desarrollo de software para mejorar sus procesos de trabajo.

Estas prácticas han evolucionado o se han especializado en áreas concretas, pero todas comparten la importancia del componente cultural. Sin un cambio en la mentalidad a la hora de organizar el trabajo, no funcionan.

Según estos enfoques, el valor de un producto o servicio, solo lo puede definir el cliente. Las empresas deben ser capaces de dar ese valor y no otro, en el menor tiempo posible.

A modo de resumen, estos son algunos de los métodos y herramientas que más se están adoptando:

  • Agile/Scrum: modelos de desarrollo colaborativo basado en frecuentes entregas incrementales e iterativas con feedback empírico.

  • Lean IT: simplificación y eficiencia para focalizar los procesos de desarrollo o entrega de servicios en la creación de valor real para el cliente.

  • Lean startup: Método para lanzar productos y servicios en entornos de incertidumbre.

  • Kanban: herramienta para la gestión del flujo de actividades de proyectos y operativas que, siguiendo la metodología Lean, permite optimizar el flujo de trabajo, asegurando la entrega de valor.

  • Kaizen: proceso de optimización continua a través de la participación colaborativa en el análisis de las causas raíces y establecimiento de mejoras a todos los niveles, de forma consiste y periódica.

  • Design thinking: diseño de nuevos servicios y productos, afrontando los problemas de indefinición que surgen en entornos desconocidos que requieren planteamientos innovadores.

  • DevOps: transformación cultural que facilita el lanzamiento rápido y seguro de servicios de forma ágil y eficiente mediante un entorno colaborativo entre las áreas de desarrollo y operaciones.

  • Continuous delivery: utilización de la ingeniería de software para la entrega rápida y fiable a producción de forma sostenible.


¿Qué aportan la filosofía Lean y el pensamiento ágil?

  • Mejora continua: todas las personas de la compañía, en todos los niveles de la organización, son responsables de identificar los vacíos e ineficiencias en las actividades del día a día y están habilitadas para sugerir mejoras que pueden aplicarse en su área de interés.

  • Equipos más fuertes: al trabajar juntos para resolver problemas, se fortalecen los vínculos y se construyen equipos mejores y más resistentes, preparados para afrontar cualquier desafío.

  • Mayor satisfacción: se produce un aumento de los niveles de satisfacción de las personas que participan en un proyecto. Esto tiene un impacto directo en la forma en la que se hacen las cosas, iniciando un ciclo de motivación que se mantiene en el tiempo.

  • Compromiso: las personas de un equipo presentan un mayor interés en su trabajo y se comprometen más con las metas de la organización si ven que sus propuestas de cambio son escuchadas y valoradas

  • Retención del talento: cuando las personas se encuentran satisfechas y motivadas son más propensas a quedarse, ya que no necesitan buscar en otros lugares lo que ya han conseguido o lo que esperan conseguir.

  • Optimizar la resolución de problemas: al enfocar los procesos desde una perspectiva de búsqueda de soluciones, los propios equipos están capacitados para resolver problemas de forma continua.

Ante los retos actuales de transformación, la mejora continua, la capacidad de adaptación y el potencial de nuestros equipos para generar conocimiento, son fundamentales para el éxito bajo una premisa básica: aceptar que todo se puede hacer de otra manera y mejor.

chica sonriendo dentro de un coche
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