Artículo
Cómo acelerar la transformación operativa en telecomunicaciones en América Latina

Priorizar los problemas operativos básicos, avanzar con agilidad y asegurar la sostenibilidad del cambio son claves para transformar con éxito las operadoras telco en Latam
Los operadores de telecomunicaciones en América Latina afrontan retos globales como la presión por mejorar la rentabilidad en un mercado cada vez más comoditizado, la convergencia entre servicios tradicionales y emergentes, y el impacto de la inteligencia artificial en la generación de valor.
A estos se suman una serie de desafíos específicos del contexto regional:
Un avance más lento en la automatización y digitalización de procesos básicos, debido en parte a la disponibilidad de mano de obra relativamente económica.
Un entorno regulador fragmentado que dificulta la estandarización de procesos y tecnologías.
Una mayor presión sobre la rentabilidad derivada de una base de clientes con menor poder adquisitivo.
Además, durante los últimos cinco años, el mercado ha experimentado un proceso de consolidación impulsado por América Móvil, Millicom y Liberty Latin America. Estas fusiones y adquisiciones han añadido complejidad a la transformación operativa y organizativa de las compañías del sector.
Estrategias para acelerar la transformación operativa en el sector telco
El equipo directivo o C-level de las operadoras latinoamericanas se enfrenta a dos grandes desafíos a la hora de transformar sus operaciones y generar valor tangible.
1. Identificar y priorizar los problemas operativos clave
Muchas compañías han invertido en digitalización sin obtener beneficios claros en su cuenta de resultados. La clave está en detectar los procesos con mayor impacto en costes, ingresos y experiencia de cliente, y en definir un plan de transformación realista, alineado a todos los niveles de la organización.
2. Acelerar la ejecución sin perder el foco
Para capturar valor desde el inicio, es fundamental evitar la parálisis por análisis. Esto implica pasar de la planificación a la ejecución de forma ágil, sin comprometer la calidad operativa y prestando especial atención a la gestión del cambio y al componente humano. Transformar no es solo cuestión de tecnología y procesos, sino también de personas.
Desde Nae, hemos acompañado con éxito a nuestros clientes en la región en ambos desafíos, apoyándoles en la identificación de oportunidades, en la planificación estructurada de su hoja de ruta y en la implementación ágil de sus iniciativas.
Claves para una transformación operativa sostenible en telecomunicaciones
Una de las palancas más eficaces que hemos identificado es priorizar la resolución de los problemas operativos más críticos o fundamentales, un enfoque que llamamos “fix the basics”.
Este modelo permite obtener eficiencias inmediatas, al mismo tiempo que sienta las bases necesarias para desplegar con éxito proyectos estratégicos de mayor alcance. Al abordar primero los problemas operativos más básicos, se evitan inversiones que no generen el impacto esperado en la cuenta de resultados debido a la falta de habilitadores clave como procesos, sistemas o personas, bien asentados desde el inicio.
Para asegurar una ejecución coherente con los objetivos del negocio es esencial:
Implementar mecanismos de trabajo flexibles y autoorganizados.
Fomentar una comunicación interna clara y eficaz.
Crear espacios colaborativos que impulsen la innovación transversal.
Todo ello requiere compromiso por parte de la dirección y un empoderamiento real de los equipos. La formación y el desarrollo de capacidades son clave para fomentar una cultura de aprendizaje continuo y lograr una implantación ágil.
Otra palanca fundamental es la medición del impacto. Contar con datos fiables sobre el comportamiento del cliente, la satisfacción de sus necesidades y el rendimiento del negocio permite priorizar el backlog y ajustar estrategias con rapidez.
Finalmente, garantizar la sostenibilidad del cambio implica integrar innovación y operación dentro de una estrategia unificada. Así se evita la fatiga organizativa y se mantiene el equilibrio entre transformación e infraestructura operativa.
Articular todos estos esfuerzos con los procesos operativos del negocio permite generar valor tangible y sostenible. De este modo, las organizaciones se adaptan al cambio y lo lideran con una visión clara, diferencial y centrada en el cliente.